Hoy amaneció, mi musa,
feliz, dulce y sin tristeza
y no me deja una excusa…
Me da la pluma, me besa.
Pone ideas en mi cabeza…
Y con mi musa a mi lado
(dulce anhelo de mi ser!)
me siento de repente enamorado,
vivo, extasiado, amado...
Las palabras fluyen,
las ideas brotan,
los sueños flotan a mi alrededor
cual perfume embriagador.
Y mis letras se embriagan de placer.
Y en sus alas me lleva al infinito
de todo lo que soy y lo que sere.
Y atrás quedó mi corazón marchito.
Pues el amor de mi musa,
corrió el velo de mi tristeza....
Y en una loca euforia, sé que existo,
porque mi musa me transporta al cielo.
Y me enseña lo que jamás he visto,
y aleja de mis noches los desvelos,
da paz a mi alma
y colma mis anhelos.
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